98. pasos para el decrecimiento.

Es necesario cuando tratamos de visualizar cómo podríamos bajar las escaleras del decrecimiento de una manera razonable y controlada y que se encaminara hacia mejoras sociales. Cuáles serían los peldaños por los que debiéramos empezar para que en un periodo prudente de tiempo cambiar el sistema económico en el que vivimos desde la raíz.

 

  • Los ingresos de todas y cada una de las estructuras económicas y de las rentas han de verse disminuidas de una manera importante sin que para ello se vea afectada la satisfacción de las necesidades sociales.

  • La disminución progresiva del PIB que en el sistema es la medida de todas las cosas y que tiene tanta importancia su crecimiento que en la actualidad incrementan sus datos incluso las ineficiencias del sistema.

  • El trabajo y el abandono de todos los trabajos inútiles. Más todavía aquellos que sirven para seguridades que van en contra de la población y de las duplicidades de trabajo público que existen en la actualidad.

  • Las estructuras del Estado que se han ido engordando en casi todas sus niveles y departamentos y que se ha mantenido en un monstruo que piensa nada más que en sí mismo y que su cebe es cada vez en mayor.

  • Los impuestos. No podemos estar jugando con la falsa idea de que los impuestos sirven para pagar las escuelas y la sanidad cuando en realidad estas lindes se llevan una parte pequeña de lo que se recauda.

  • Los incrementos patrimoniales comunes que socialmente no sirven para nada y se utilizan para dar cache a muchas instituciones pública. Tierras, edificios, materiales preciosos y joyas, obras de arte...

  • Los trabajos innecesarios e improductivos socialmente, que cubican como si fuesen útiles y que servirían sobre todo para poder reducir las horas de trabajo incluso después de un razonable reparto de trabajo.

  • Las subvenciones que lleva a que se vea al Estado como una máquina que pude y debe generar dinero y que en algunos momentos y niveles está dispuesto a subvencionar todo lo que quiere que se menee.

  • Y en todo caso es necesario ir trabajando en la dejación de todas aquellas necesidades que para satisfacerlas es necesario promocionar y fortalecer aquellas actividades consumidoras de recursos naturales.

 


80. ¿Es preciso un crecimiento constante…?

Los mantenedores y animadores de este sistema económico, bien alimentados, dentro de la idea general de que no es posible ningún otro sistema han conseguido hacer creer a la población que la primera premisa para que funcione el sistema y que la población pueda subsistir mejor que lo ha hecho nunca en la historia de la Humanidad es que la economía soportada en este sistema en el que sobrevive: crezca.

En habiendo crecimiento y habrá más riqueza y si hay más riqueza hay más que repartir porque el crecimiento significa repartir la riqueza y el decrecimiento por el contrario significa repartir la pobreza.

Queriendo o sin querer nos vemos arrastrados al crecimiento de:

 

  • La actividad económica en todos sus sentidos y máxime cuando en general la población sigue creciendo en muchos rincones de la Tierra.

  • La inversión a largo plazo que garantiza la pervivencia del sistema y que el propio sistema dependa de quienes controlan los dineros.

  • El consumo social y colectivo con la gracia que se ofrece cuando se paga por el común y que aprovecha a quien administra y reparte.

  • El consumo individual y privado que forma parte de la capacidad de la población a satisfacer todas sus necesidades y apetencias.

  • La deuda pública que en el fondo se crea siempre sin más necesidad que tener obligaciones para no dejar de hacer lo que necesita el sistema.

  • La deuda privada que hace que esa parte de la población endeudada no se pueda bajar del sistema ni aunque el sistema la quiera echar.

  • El trabajo, porque crecer quiere decir que hemos de producir más para satisfacer más necesidades que nos hagan trabajar más y más.

  • El gasto corriente. Porque hay que alimentar: el crecimiento, la inversión, la deuda y hasta la compra de voluntades si es preciso.

  • Los ingresos fiscales porque hay que pagar lo que se gasta en tanto crecer y porque con la pinza fiscal se amarra a la población a la fuerza.

Aunque cabe alguna duda, posiblemente para el mantenimiento del sistema esa rueda maléfica que nos fuerza a querer más y más cada día sea necesaria, pero sin ninguna duda: para la vida y la población en el planeta, para la humanidad y para las personas: NO es beneficiosa.  

 


29. Eficacia, eficiencia y efectividad.

A lo largo de estas páginas en la que se va conformando nuestra manera de: pensar, ser y hacer, nos vamos a encontrar con algunos conceptos que más vale que los dejemos claros antes de seguir hacia adelante. Con su significado y aplicación podremos saber a qué atenernos constantemente y cuál va a ser nuestro esquema a lo hora de plantear propuestas alternativas para poder intuirlas sin conocerlas.

Eficacia.

Es la capacidad o virtud de obrar.

Los problemas se multiplican teniendo la eficacia como prioridad.

Ante cualquier planteamiento siempre caemos en la tentación de que para todo necesitamos lo mejor y lo más grande. Nunca nos paramos a pensar que nosotras no somos lo mejor y lo más grande, que tenemos lo que tenemos. La eficacia de la manera que más fácil se consigue es con dinero y con mucho dinero cualquiera es rico.

La eficacia casi siempre es tan costosa que no se pude pagar,

Eficiencia.  

Es la capacidad o virtud de obrar para lograr un efecto determinado.

Tratamos de buscar la eficiencia en la práctica y nos perdemos.

En la actividad cotidiana de cualquier orden es muy difícil llegar permanentemente a discernir qué es lo que necesitamos en calidad y cantidad para hacer una cosa determinada. Esto se suele simplificar pensando en cuánto necesitamos para hacer qué y si para hacer qué merece la pena cuánto… y qué es qué tenemos que hacer.

Tan difícil que podríamos pensar que es imposible.

Efectividad.

La capacidad mínima precisa para alcanzar el resultado buscado.

Nunca queremos pensar lo fácil que resulta hacer las cosas

Casi siempre para conseguir cualquier efecto no es necesario apelar cualquier remedio que no tenemos. No podemos pensar que es difícil cualquier cosa sino tenemos todo aquello que nos parece imprescindible para hacerlo, más vale pensar que cualquiera de esas cosas se pueden solucionar de manera sencilla y sin hacer grandes estipendios.

La efectividad consiste en hacer sencillas las cosas con lo que hay.