121. El control político de las ideas.

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111. Porqué la sociedad vota a los corruptos.

 

Vivimos en una descomposición política de difícil concreción.

 

Esta consunción en buena medida es responsabilidad de quienes votan a quienes están en el tránsito de la corrupción y que sin ningún rubor aseguran que les piensan seguir votando para que no gane el otro.

 

Esta seguridad de parroquia fiel da una tranquilidad de ánimo a los corruptos que representan al pueblo porque saben que no se acaba su modus vivendi a corto y medio plazo a pesar de hacer lo que hagan.

 

La guerra de 1936 dejó muy delimitadas las pertenencias a los bandos que se enfrentaron de cada lugar, grupo o familia y han marcado con quién está cada cual igual es que mate que robe, y contra quien está.

 

Si a esta realidad añadimos le añadimos las compra de voluntades y las redes de clientelismo que se han tejido en estos años y que se ataron a las telas de araña existentes en el franquismo, nos encontramos con que la corrupción tiene un suelo que a las estructuras corruptas les sirve de base para ganar las elecciones nada más que abonando el terreno.

 

A través de los medios de comunicación se cultiva el culto a la personalidad y enfrenta a los líderes desde la lejanía con el carisma porque siendo igual lo que hagan es con lo que atraen los votos.

 

También tenemos los poderes que antes se llamaban fácticos y que en realidad son los poderes reales: aquellos que tienen la potestad para decidir entre derecha o izquierda quiénes son los que van a gobernar.

 

Excepción de que si alguna vez por cálculos matemáticos erróneos han de gobernar otros, en última instancia: harán lo que digan ellos.

 

Tres aspectos de la corrupción que la población vota con alegría:

 

  • Corrupción económica en la que desde intereses particulares o partidistas se detraen recursos de las arcas públicas.

  • Corrupción política por la cual las organizaciones se presentan a unas elecciones con unas ideas y luego hacen lo contrario.

  • Corrupción intelectual se manipula la realidad permanentemente para lograr que todo parezca lo que interesa al margen de la realidad.

  • Corrupción social en la promesa de dedicar sus esfuerzos a quienes menos tienen y se acaban amparando los de los que más tienen.

    Cada cual vota al que quiere sea de aquí, de ahí o de los de más allá.

 


106. La búsqueda de enemigos.

 

En todo este entramado que los poderes políticos y económicos han organizado a lo largo del tiempo para que la población tenga siempre una preocupación en la cabeza, falta un pequeño detalle que sin embargo aparecerá constantemente en el relato social: los enemigos.

 

¿Quiénes son los enemigos?

 

  • Los terroristas que es la nueva cara con la que pretende el poder justificar sus desmanes culpando a terceros y cuyo amplio término van encuadrando a quienes se oponer de alguna manera a su poder.

  • Los musulmanes que aunque crean en el mismo dios que nosotras, ese dios de la biblia cruel y vengativo, no son como nosotras, y están en un permanente estado de conquista para someter a occidente.

  • Los inmigrantes que llegan desde todos los puntos del planeta,  vienen a por lo nuestro, empezando por nuestra propia identidad y que valiéndose de nuestra solidaridad: les damos la mano y cogen el brazo.

  • Los ateos gente vacía que no tiene sentimientos, ni valores, ni ideales y sobretodo, aunque se arrepienten en su último día, no tiene el faro que significa la religión que les ilumine y les oriente en la vida.

  • Los ecologistas que están siempre defiendo a los animales y a las plantas y que sin embargo no quieren saber nada de las personas. Están contra los transgenéticos porque no les importa el hambre en el mundo.

  • Los anarquistas, es curioso que el sistema haya integrado entre sus lorzas a los comunistas, al parecer gentes de orden y bien, y rechace a aquellos que quieren un gobierno que deje en libertad a las personas.

  • Los independentistas que se han puesto de moda porque son de lo peor, que quieren romper la unidad de los estados superiores: grandes y libres y la unidad de Europa y todo lo consagrado con dolor y lágrimas.

  • Los pobres son el mayor enemigo de la sociedad para la sociedad. Los pobres que el mismo sistema fabrica, y  que ha conseguido que para quienes viven en la miseria quien es pobre sea su  mayor enemigo.

    Con estos sectores de la población se van recreando imágenes que cada cierto tiempo sirven de escarnio para regocijo de la sociedad.

    En teniendo enemigos ya no son precisos ni los amigos.

 


95. El control sociológico de la sociedad.

El poder social, que aunque lo soporte posiblemente nada tiene que ver con el poder político y económico, necesita para construir sociedad que las personas que componen su cuerpo estén construidas con ciertas mimbres hechas con arreglo a unas determinadas condiciones.

Mimbres que van conformando a las personas a lo largo de la vida.

El miedo: el poder, el entorno del poder y la sociedad misma trasmiten permanentemente grandes dosis de miedo y amenazas al interior del cuerpo social, a los grupos que se organizan para cualquier cosa y a cada persona en particular, a cada cual sus miedos preferidos.  Es un miedo gratuito que si luego no se consuma es de agradecer.

La inseguridad: va calando poco a poco y establece en la voluntad de las personas un estado de incapacidad para resolver los problemas vitales. Esta falta de decisión no es sólo consecuencia del miedo sino también a todas las incertidumbres con las que se conforma el sistema y que llevan a un estado de angustia y desasosiego difícil de enfrentar.

La infantilización el estado sicológico ambiental que nos envuelve a las personas y a los grupos organizados lleva a un punto en el que se produce una dependencia tóxica con el ente superior, que en apariencia todo lo sostiene, y  ante cualquier disyuntiva se actúa desde la sumisión y se hace necesario que alguien diga porqué camino hay que seguir.

La estulticia: que se siembra a puñados en la mente humana desde el mismo momento en el que nacemos del pico de una cigüeña y que se fundamenta en esa manera mecánica con la que nos han enseñado a pensar pero que en realidad significar no tener ninguna capacidad para determinar los colores de las cosas con arreglo a un saber y entender.

La ignorancia: es uno de los objetivos del poder para evitar el conocimiento y la capacidad de pensar en función de ese conocimiento. Una inopia que se muestra: pretendiendo saber mucho de algo para encontrar trabajo, que alimenta ahora a personas muy preparadas con mucha información y estudios, y de otro lado no saber nada de la vida.

Con estos aspectos de la sicología y el intelecto de la población el poder consigue que maduren personas complacientes e impasibles que labran su propia culpabilidad como personas y como sociedad.

 


90. Los medios de comunicación.

Estamos viviendo en una sociedad que está teledirigida desde los medios de comunicación. Sabemos que estos medios atienden a unos intereses concretos que son los que de manera directa o indirecta los sostienen y son los que han de dirigir la información a sus propósitos y su propósito es el control social, político y económico de la sociedad.

Los poderes públicos advierten la necesidad de que la sociedad tenga una uniformidad en la manera de pensar. Con los medios de comunicación consiguen ese pensamiento único aunque cada cual en todo caso haya de justificar que no está inspirado por esa semejanza.

Esta consonancia en buena medida se ha conseguido a través de estos medios de comunicación puesto que a pesar de que en apariencia todos tienen diferentes visiones de la realidad como consecuencia de la libertad de expresión y del ideario particular y su línea editorial que dicen mantener, en realidad es idéntico lo que nos cuentan: con alguna diferencia en los decorados pero con el mismo guión entre sus papeles.

Existen casos alarmantes en los llamados medios de información o como se llama ahora más acertadamente de medios de comunicación que no informan: comunican, cuando no, medios de propaganda que ya sin ningún pudor ni rubor se ponen en el tránsito de decir lo que hay que decir independientemente del parecido que tenga con la realidad.

En ocasiones, una persona puede asistir de manera presencial y directa a cualquier hecho por relevante o insignificante que sea, y luego ver que en muchos medios dicen lo contrario de lo que ha sido testigo y que el resto dicen la mitad de lo ha oído y que se callan lo importante.

Los llamados medios de comunicación de cabecera de referencia para la opinión publicada son los que en definitiva ya hace años que viven subsidiados por los poderes de Estado, cuando no directamente mantenidos, y todos más allá de las exclusivas con las que compiten, se apoyándose mutuamente, en otro caso no tendrían subsistencia posible.

Los periodistas, quienes un día quisieron ser notarios de la realidad, viven absorbidos por sus necesidades como profesionales en un sector con la credibilidad en general tan cuestionada, que ya no pueden vivir.