117. El 21 de Julio de 1936.
Ese día de aquel mes era martes. En casi todos los lugares de por aquí cerca sucedió algo parecido a lo que vamos a relatar, Unos hechos que pasados ochenta y dos años nadie recuerda ni nadie reconoce.
Ese día el Glorioso movimiento nacional ya estaba implantado.
El día domingo se habían reunido las fuerzas de derechas en sabe dios en qué lugar, y habían decidido poner en práctica los puntos que componían el bando de Mola, y seguir con las instrucciones interiores: “serán pasados por las armas cuantos se opongan al Movimiento salvador de España fueren los que fueren los medios empleados…”
Círculos carlistas, miembros de la CEDA, sociedades de agricultores, asociaciones católicas de padres de familia, agrupaciones de mujeres católicas, juventudes populares agrarias y fueristas, sociedades de jóvenes católicos, y los incipientes miembros de Falange Española… cada uno de estos grupos ponen a algunos de sus hombres a dirigir el Alzamiento, y en el momento de la verdad, con sus familias y servidumbre, habrá hombres dispuestos a apretar el gatillo contra otros hombres y mujeres para rapar a otras mujeres y purgarlas con ricino.
El día lunes, los hombres de la derecha habían tomado el control de los ayuntamientos de la mano benemérita de la guardia civil.
Los hombres más honorables se habían impuesto como agentes de la autoridad y ya podían cumplir órdenes que emanaban del mando.
Ya tenían a los más significados hombres de izquierdas encerrados en las dependencias municipales y ya podían matar a la gente sin piedad.
El día 21 de Julio de 1936 nos encontramos con todas la pruebas de que no sucedió en realidad un Golpe de estado en el que los generales toman unos pocos centro de poder sino que en realidad fue: un Glorioso movimiento nacional de la población contra la población.
Así pensaron lo generales que había de ser el Glorioso movimiento con el que reventar la Republica sin remedio: terror y miseria, así lo hacían en tierras africanas: ir contra la gente sin miramiento y buscar el crimen y la muerte para ganar honores.
A partir de este infausto día se cimienta una red de connivencia ente la canalla, una complicidad lejos de los militares y es la población la que se protegerá unas a otros y entre todos se servirán de coartada para que de aquellos hechos aunque no se olviden, jamás se pueda hablar.
103. La desmemoria.
La historia reciente, aquella historia de la que todavía hay gente viva, es una quimera que tiene varias fuentes de desmemoria y olvido:
· Algunos que son los herederos de los asesinados que sienten en el fondo de su pensamiento que sus abuelos se confundieron de bando.
· Los vástagos de los asesinos no dan crédito a los crímenes de sus padres y abuelos y aún así: creen que hicieron lo que tenían que hacer.
· Las derechas que han heredado si no una forma de pensar si una manera de entender quiénes son los buenos y quienes los malos.
· Las izquierdas del régimen acomplejadas con su historia y quizás con algunas atriciones de conciencia necesarias para ser agradecidas.
· Los historiadores que con sus procedimientos rutinarios llegan lo que llegan y a medio plazo no permiten que nadie vaya más allá.
Pero a par otros intereses han potenciado la desmemoria:
· El mantenimiento de un régimen monárquico ilegítimo que a su vez es soporte garantía de todas las verdades expresadas con la victoria.
· La Ley de Memoria Histórica que ha vuelto a proteger el olvido y que garantiza la incapacidad manifiesta de que la Memoria salga a flote.
· Los profesionales de la Historia aquellos que viven de las dádivas del poder que ha adaptado lo que ocurrió al interés de quienes pagan.
· La utilización de conceptos erróneos y que nadie quiere dejar de usar porque los ha usado de siempre y que son sinónimos de la derrota.
· La memoria tristona y oscura, hipócrita y falsa que necesita la Transición para estar soportada de manera que oculte la estafa que fue.
La que está sucediendo en estos tiempos en los que se están recomponiendo los frutos de las victoria, más cuarenta años después de muerto el dictador es que la que las infinitas caras de la realidad no dejan ver en su totalidad el poliedro que forma la Memoria republicana.
El Glorioso movimiento nacional ordenó que los perdedores siempre tuvieran que ser siempre perdedores y obedientes y sumisos. No tuvieran derecho a pensar, ni a decir, ni a vivir, salvo que se prestaran primero a respetar las consignas que emanan de su victoria
Y que la ignorancia siempre estuviera por encima de la inteligencia.
87. La verdad de los inocentes.
En los últimos años han sido muchos los intentos que se han hecho desde diferentes perspectivas por conocer lo que sucedió a partir del 18 de Julio de 1936 aunque pocos desde el punto de vista de los inocentes.
Han sido muchas las fuerzas que se han puesto en contra.
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Los herederos de los alzados que siguen encastrados en el poder.
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Los beneficiados por los alzados con bienes y fortunas rancias.
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Los creadores y paladines del régimen franquista y su memoria.
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Los ideólogos de la transición: todo cambia sin cambiar nada.
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Los que aceptaron sin reservas la transición de la ley a la ley.
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Algunos herederos de las víctimas.
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En general también la estulticia nacional.
En última instancia han optado por el olvido o por la tergiversación.
Algunos han querido saber la verdad jurídica, la verdad garantizada y validada por el Estado, posiblemente desde el desconocimiento de la realidad y tratando de denunciar lo que se pudiera despertar el interés de los grandes medios de comunicación y de las grandes ensoñaciones. En sus pasos fueron olvidándose de lo pequeño, de los casos concretos, de lo que está en la memoria de la gente que difícilmente se puede llevar a prueba y luego: olvidándose de la realidad social y política que se vivía.
Quizás se haya actuado así más por apariencia y por sacar ventaja que por la posibilidad real de se diga la verdad de lo que paso sin querer entender que el Estado nunca va a colaborar con un propósito que supondría en realidad su deslegitimación y mostrar el ser de sus raíces.
Si escuchar la verdad de los inocentes, se hizo el ridículo de manera solemne en el procedimiento seguido por las estrellas judiciales para su mayor gloria, aquella instrucción que había de iniciarse con el certificado de defunción de dictador Francisco Franco, quien cuando hacía más de treinta años que había muerto, no respondía de sus actos.
La única manera de conocer con detalle lo que sucedió en aquellos años de terror y violencia es ir recogiendo y recopilando los pequeños detalles que han ido quedando en las memorias de muchas gentes, que nunca a nadie se lo han contado sin querer dar prueba de verdad que la de sus propias palabras sacada de un memoria tímida y temerosa.
74. De la Memoria Histórica.
La Historia del siglo XX está escrita por quienes han tenido poder en las instituciones culturales y políticas en lo más profundo del siglo. Régimen que con sus historiadores e intelectuales no solamente hicieron creer a la población la historia reciente sino que también reescribieron la historia de siglos anteriores hasta hacer de España una grande y libre.
Hablamos de Memoria histórica y siempre a cuenta de las maneras de entenderla ahora, inconsciente y exclusivamente nos referimos a los acontecimientos y sucesos que ocurrieron como consecuencia del Gloriosos Movimiento Nacional que se compuso de crímenes y miseria.
Además de honrar y recordar a quienes llevaron a la muerte y a todas las demás victimas la historia que nadie quiere forjar y recordar es aquella en la que se cuente lo que realizó durante la etapa republicana aquella que alimentó todas las ilusiones y esperanzas de la gente.
La Memoria histórica ha de tratar de contar lo que la historia oficial ha silenciado muy a propósito. Ha de trabajar sin complejos y sin limitaciones hasta llegar hacer un nuevo relato de lo que ocurrió en aquellos años de esperanza que ahora son tan denostados por todos y que difiere en mucho con el que se ha contado hasta ahora.
La memoria ha de dar vida y a la República en cada rincón donde todavía se pueda conocer las obras que hicieron en aquellos tiempos que fueron brutalmente asesinados tras el Golpe Militar de 1936.
Hay que tratar de recomponer el reconocimiento de que en esta tierra que sustentó la República y entre sus gentes se había labrado la sementera de aquella tragedia que provocaron los criminales y la constatación no solo acabaron con más de tres mil inocentes asesinados sino que remataron muchos proyectos sociales y políticos admirables.
La Memoria histórica en buena medida la hemos de centrar en establecer recuerdos de cómo desde el primer día participó la Iglesia Católica en el Glorioso movimiento nacional. Un pulso con los avernos que fue concebido desde la perspectiva de una cruzada, como la obra de Dios en la que los criminales habían interferido en su voluntad.
La Memoria histórica ha de servir para desmostar que todavía hoy todo está construido sobre la victoria de aquella tragedia provocada.
72. El Glorioso movimiento nacional.
No fue un Golpe de Estado como se dice con normalidad.
Fue un Glorioso Movimiento Nacional.
Así lo llamaron sus héroes.
En los albores del franquismo eterno quienes se levantaron contra la República, no fueron a tomar puntos estratégicos del Estado como es habitual en estos golpes de mano militar para la toma del poder tratando de hacer la menor sangre posible, sino que propugnaron que habían de matar a quienes pensaban diferente a ellos que eran hombres de dios.
Había que exterminar a todos porque eran portadores de la peste.
Es la diferencia con un golpe de Estado fue un golpe a la población.
Un alzamiento armado expandido con vileza por todos los rincones.
La estrategia diseñada desde el primer minuto fue que de la mano de la Guardia Civil y de servidores de la Iglesia, tricornios y bonetes, se llegara con una violencia extrema hasta cualquier pueblo o barrio y en ellos, con los hombres adeptos conocidos crear grupúsculos de poder total compuesto por hombres de derechas, carlistas y falangistas.
Organizarse desde el primer día que llegaran a cualquier lugar de tal manera que entregadas las armas recibidas desde los de los cuarteles del entorno que estuvieran alzados se pudieran tomar los ayuntamientos y de inmediato se crearan somatenes armados para hacer la escarda.
Los hombres de posibles que participaron en el alzamiento, jefes de sus familias, habían de reclutar a los jóvenes de sus casas y en todo caso a sus hombres de confianza para que dado el golpe de mano en cualquier lugar compusieran los grupos que procuraran la vigilancia y sembraran el terror. Así entraron a las casas más modestas y empezando por los que eran significados izquierdistas se los llevaban a matar y los que les pareció bien los mataron para sembrar el terror en el lugar.
Consiguieron que a unos hombres pobres los mataran otros pobres hombres. Era la manera que pensaron para limpiar España de malos españoles. Poco que ver con un golpe de Estado para la toma del poder.
En los juzgados, casualmente, muchos hombres aparecen muertos como consecuencia del Glorioso Movimiento Nacional: el GMN.
La labor de los Jefes militares fue la de tratar de alagar una guerra que ensanchara la escarda y sembrara las tierras de terror odio miseria.