123. ¿Repartiendo el trabajo, serían los mismos salarios…?
es
119. El nuevo proceso productivo
108. El cambio del sistema productivo.
Aunque los observadores de la realidad social, aquellos que viven de diagnosticar lo que está ocurriendo en el cuerpo social no se hayan percatado, la realidad es que en estos últimos años postcrisis, el modelo del sistema productivo ha cambiado radicalmente y desgraciadamente para satisfacción de quienes han encontrado un puesto de trabajo porque el nuevo modelo de trabajo les obliga a entregar una parte de su vida a trabajar sin tener remuneración suficiente para mantenerla con dignidad.
Evidentemente, salvo por lo imponderables que propone la realidad económica, no han cambiado los sectores de producción y salvo que se haga como una excusa o una justificación social o política, no hay formación profesional seria y efectiva en este cambio productivo.
Los programas con los que tratan de preparar a las personas al nuevo mundo del trabajo, viven con la incógnita irresoluble sobre la formación de qué y para qué con arreglo a estas incógnitas:
- Las nuevas tecnologías son de control y de sometimiento, están implantando una dictadura a la que es difícil oponerse y que nos llevan en volandas a un mundo desconocido pero con visos de maldición.
- Las normas de seguridad y trazabilidad se han convertido en el objetivo en sí misma, y desde sus resultados se comprueba que no son la herramienta para la mejora de la producción y de la organización. - - Los niveles alarmantes de la contaminación y el consumo quizás a unos precios más bajos, siguen siendo tan desmedidos como requiere el crecimiento económico que precisa el sistema para que subsista.
- Las energías limpias solo son una excusa para dar muestras de querer y no poder en una mejora de la imagen productiva con las que en realidad penalizan las actividades más sencillas directas y baratas.
- No se han reducido las jornadas de trabajo, en algunos sectores, con la crisis son normales las nueve horas diarias y más. Tampoco se está repartiendo el trabajo ni a nadie se garantiza trabajo ninguno.
- El sector de los servicios a las personas, está en precario sin que haya una estrategia que modifique su deriva y con unos niveles de salarios indignos a expensas de las necesidades laborales de las mujeres.
Cambio del sistema productivo basado en trabajar más por menos.
92. Porqué se dan tantos trabajos socialmente inútiles.
La mayoría de las veces los trabajos inútiles vienen determinados por la necesidad de poder de controlar las voluntades humanas para perdurar. En esa estrategia es determinante la compra de voluntades y para ello desde el poder se pergeñan puestos de trabajo que sirven para su sostenimiento y asentar la base de su poder.
Todos estos trabajos inútiles, estos prefabricados nichos de nuevos empleos, necesitan del alimento del poder al que le van a servir para seguir existiendo necesitan justificación del sistema, puesto que de otra manera, de tan inútiles como son no tendrían posibilidades de subsistir.
Estos trabajos socialmente inútiles de una manera u otras, siempre se utilizan para establecer nuevas estructuras de control político de la población o para justificar y tapar incompetencias en otros ámbitos en los que sí que son necesarios trabajos socialmente útiles.
Los trabajos inútiles sirven para dar importancia a determinadas actividades que no teniendo ningún sentido sin embargo a los poderes les interesa mantener porque son muchas la personas que viven de ese cuento y una vez que encajados en los presupuesto para qué sacarlos.
Otros trabajos inútiles sirven de parapeto para otros trabajos más inútiles y costosos todavía, pero que dan relumbrón aquí y pretensión allá sirvan, para alejar a la población de la realidad sencilla de la vida.
Incluso podemos llegar a comprobar atónitos como además existen estructuras sindicales defendiendo a quienes trabajan en estos trabajos inútiles sin llegar a apreciar que son pilares fundamentales del sistema económico contra el que al parecer tienen la obligación de pelear.
Otro factor de la creación de trabajos inútiles surge de la ambición de muchas personas que creen que haciendo cosas que no tiene sentido se pueden ganar la vida y alcanzan la cimas de tener que ganarse la vida para poder pagar aquellos trabajos que hicieron que no servía para nada.
Esta son algunas ideas básicas para identificar los trabajos inútiles sin señalar directamente a ninguno para que nadie se dé por aludido. Repasamos mentalmente y comprobamos que normalmente son trabajos de escasa tensión y actividad, que en realidad esos otros trabajos en los que priva la prisa y la productividad los dejan para las otras manos.
86. Hay que abandonar los trabajos inútiles.
Quizás mejor empezar por decir cuáles son los trabajos útiles.
Aquellos que satisfacen nuestras necesidades más elementales como personas, más cercanos y que en la mayoría de los casos no necesitan de grandes medios económicos y estructurales ni doctos profesionales:
-
El cuidado y la atención entre personas a lo largo de la vida.
-
La educación y la formación en cada una de las etapas vitales.
-
La sanidad y la asistencia social a domicilio o en centros adaptados.
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El entretenimiento y la cultura participativa y a pequeña escala.
-
La producción de alimentos y bebidas sin mucha manipulación.
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La producción de enseres usados con sencillez y utilidad.
En estos tiempos, el trabajo: la aportación al común de una parte de nuestra vida para procurar su sostenimiento de las necesidades propias y de la sociedad, nos exige tanto tiempo que en buena parte no nos deja lugar para poder procurarnos de nuestra propia vida.
Hoy permanente se está apelando a la creación de empleo y sin tener en cuenta el reparto de trabajo que forzosamente se ha de dar, cuando la realidad es que en medio de un estrés social perpetuo trabajamos mucho más de lo que es necesario trabajar para poder tener una vida digna y además damos lugar a que por falta de trabajo muchas personas viven la vida en una silenciosa desesperación
No cabe la menor duda de que para muchas personas el trabajo es su modo de vida y que sin trabajo se siente desprotegida. Seguramente que trabaja no por decisión propia, sino porque su vida está imbuida en el esquema del trabajo y en hacer carrera vital con el trabajo.
Por esta razón una vez aislados los trabajos inútiles hemos de estructurar el reparto de trabajo de tal manera que cada cual tenga un trabajo de acuerdo a sus posibilidades y que nadie haga nada por trabajar en aquello que no sirve socialmente para nada. Este dilema lo hemos de resolver no como trabajadores sino como personas.
No porque fuéramos trabajadores antes se decía que pertenecíamos al proletariado porque éramos aquella clase social que no teníamos más propiedad que su prole, hoy decimos por derecho propio que somos el género humano y no tenemos más propiedad que la propia vida.
63. Cómo establecer el volumen de trabajo necesario.
En la actualidad el volumen de trabajo necesario se establece por la cadena de necesidades ficticias creadas por el sistema y que para su satisfacción la población no tiene más medio económico que su trabajo.
Entre los eslabones de esta cadena en común de la población ha de disponer dinero y para tener dinero necesita trabajar.
De esta manera desde una estructura económica tramposa se van priorizando las diferentes maneras de crear flujos de empleos precarios para satisfacer la demanda del consumo y trabajar sin condiciones.
Por otro lado el volumen de trabajo en el subconsciente social se establece desde la idea que tenemos que hemos de trabajar y sobre todo que hemos de trabajar para ganar dinero y hemos de ganar dinero para ahorrar y hemos de ahorrar para perderle miedo al futuro y además hemos de acercar el futuro ahorrando con crédito y el futuro lo estamos viviendo en el día a día como si se nos estuviera acabando la vida.
Una rueda imparable. Porque además si el sistema es capaz de arrastrar a la sociedad individual y colectivamente al consumo las necesidades que se busca satisfacer van creciendo exponencialmente.
El trance de llegar a conquistar tantas necesidades o no llegar a satisfacerlas a la dinámica social y a la realidad en la que viven las gentes no trae más que insatisfacciones y penas que son muy difíciles de reconducir y que están determinando claramente la psicología social.
Sin embargo las verdaderas necesidades humanas: aquellas en las que habríamos de encaminar todos los esfuerzos para mantenerlas son las necesidades primarias y elementales: la asistencia y los cuidados entre las personas, la salud individual y colectiva, la educación y la formación, la cultura y el entretenimiento… en la práctica las vivimos como una carga que hemos de acarrear y que no la queremos llevar.
El volumen de trabajo en todo caso ha de venir determinado en la medida de lo posible en la satisfacción de nuestras propias necesidades y tratando que esas necesidades personales no nos las atienda nadie.
El volumen de trabajo no puede venir determinado por lo que se ha dado en llamar emprendeduría que viene a ser una idea por la cual se inventa la manera de explotarse a sí mismo y creerse realizado.
60. Hay que garantizar el trabajo para todos.
La realidad es que las estructuras existente para mantener el sistema nos han llevado a trabajar mucho más de lo que es necesario trabajar y ese incremento constante de la cantidad de trabajo necesario para el sostenimiento de las necesidades de la sociedad al margen incluso de lo que trabajan las máquinas y los ordenadores es debido a un permanente proceso de descubrimiento de nuevo nichos de trabajo para trabajar sin hacer nada que sirva para algo de provecho.
Quizás esa conquista que supuso para la humanidad hace más de cien años de no trabajar más de cuarenta horas a la semana aunque nunca haya sido cierta del todo es la que en la actualidad se ha transformado en la reivindicación de trabajar al menos esas cuarenta horas y más todavía luego de la entrada de la mujer al mundo laboral.
No podemos aceptar la idea trampa del sistema que ya utiliza en buena medida de garantizar trabajo para quienes están en condiciones de trabajar si es a cuenta de crear trabajo. Así se mantendríamos la idea de que hay que trabajar aunque sean trabajos que socialmente no signifiquen nada y tan mal remunerados que solamente sirvan para poder decir aquello que preferimos que haya trabajo con escasa remuneración o que no haya trabajo.
En ese caso haríamos por inventar nuevo trabajos socialmente innecesarios y reafirmaríamos la estrategia del sistema que en realidad se soporta en que una por una que quien quiera trabajar esté ocupado todo el día no se vaya a parar a pensar o a ser algo más que un trabajador sin más perspectivas de vida que su trabajo y su ignorancia.
En el fondo hay que garantizar el trabajo para quien quiera trabajar repartiendo el trabajo que hay en la actualidad y exprimiéndolo con el paso del tiempo para ir reduciendo progresivamente el total de horas a trabajar totales y por persona hasta llegar a las 50.000 horas en la vida.
El trabajo dejará de ser un problema en la medida en la que seamos capaces de reducir horas diarias, y los días de trabajo por año, aunque fuese alargando la vida laboral. Y a corto plazo este reparto hemos de iniciarlo reduciendo progresivamente la jornada laboral en todos los sectores hasta alcanzar como máximo las mil doscientas horas anuales.
59. Qué significa el reparto del trabajo.
Hoy trabajamos mucho más de lo que es necesario trabajar.
En realidad como requisito para que el sistema funcione, para que la economía se mueva alrededor del dinero, realizamos muchos trabajos que en realidad son trabajos socialmente inútiles y que si fuéramos capaces de vislumbrar otro sistema no basado en el trabajo, sino en el que fueran las personas lo importante, los trabajos necesarios serían muchos menos y la obligación de trabajar se reduciría ostensiblemente.
Desde que hace décadas en nombre de los trabajadores se tomó en apariencia el poder político y se conformaron los primeras repúblicas de trabajadores, desde la estrategia de la izquierda se le ha dado al trabajo mucha más trascendencia que lo que en realidad tiene para que las sociedades funcionen adecuadamente. Esa transcendencia ha hecho que el trabajo sea determinante para el malvivir de la humanidad.
En ese tratar de cambiar y de mirar hacia otro lado, la circunstancia que más nos despista en el momento de reflexionar sobre el trabajo y del derecho a trabajar, es que las estructuras ideológicas que diciéndose de izquierda desde el primer momento se quedaron en un escalón intermedio en el que quitaron el poder quienes estaban haciendo trabajar a sus obreros hasta la esclavitud pero que en definitiva con su alternativa solamente consiguieron hacer trabajar por trabajar.
Aquellas experiencias desde las perspectiva de los trabajadores si se hubieran entregado a la organización del trabajo hubieran cambiado en mundo y ese es el camino que hemos de comenzar de inmediato antes de que nos digan que hay trabajo para quien quiera trabajar.
La mejora de la producción nos debiera haber permitido trabajar menos, pero en el camino hemos creado obligaciones y sofisticaciones nuevas y todo que se ha ganado por un lado se ha retrocedido por otro.
Para proceder al reparto de trabajo tenemos estas condiciones:
Repartir el trabajo que hay en función de la mano de obra.
Limitar el crecimiento de trabajo a las necesidades sociales.
Buscar otro sentido a la vida diferente al que tiene el trabajo.
El trabajo no puede determinar la vida de las personas.
Aprender qué hacer mientras no estamos trabajando.
55. Las izquierdas y el trabajo.
En lo que se define a la lucha de clases en términos marxistas, los dos bloques que están enfrentados en esa cooperación tan imprecisa como inaudita y que se mantiene en el tiempo, aunque en realidad sea una exageración, al trabajo y al trabajador les han dado una importancia que no tienen, aunqie esas importancias sean diferentes en ambos frentes.
Quienes ofertan trabajo hace de su ofrecimiento un mérito social impagable que la sociedad les reconoce poniendo el trabajo como la fuente en la que se sacian las necesidades humanas que dan sentido al esfuerzo personal con el que se culmina la realización de la vida.
Los otros: los trabajadores, por el hecho de ser trabajador, o sea el hecho de tener trabajo ya creen que procura a la persona una dignidad y una honorabilidad que quizás no tiene el día que no tiene trabajo, en ese momento en el que no sabe qué hacer para encontrar sentido a su vida.
Creemos que uno de los errores más importante que ha cometido la izquierda ha sido la puesta en el centro de la política el trabajo. Con esta apuesta ha pretendido asentar su poder y legitimidad sobre el trabajo quizás desde la mala conciencia de ser que sean los demás quienes trabajen: los trabajadores, cuando en realidad hubiera debido ser puesta en el centro de la política: las personas y las necesidades sociales.
Aunque cueste asumir que hoy ya nada tienen que ver la izquierda con el hecho de ser trabajador y nada tiene que ver ser de izquierdas o derechas con que se venda la fuerza de trabajo por un salario sino que por lo contrario en todo caso refuerza el hecho de ser trabajador de derechas porque son las derechas las que ofertan trabajo.
Muchos trabajadores aunque no sean dueños de los medios de producción que utilizan pertenecen a la burguesía de la clase obrera y son conscientes de ellos y por esa razón son conservadores de lo que hay: una manera sencilla de ser de derechas y defender el sistema.
Muchas veces el trabajador y más si tiene un buen trabajo es más conservador que la clase media y más que los desfavorecidos y ahora que ya no está abocado a traer prole al mundo como era su papel hasta hace muy poco, está feliz con su destino porque el mundo es un lugar en el que el trabajo y el trabajador son base de la subsistencia del sistema.
54. Somos trabajadores…?
Deberíamos primero definir qué significa ser trabajador.
¿Ser trabajador es ser asalariado…?
Y por tanto es trabajador quien vende su trabajo.
¿Trabajador es solamente aquel que puede generar plusvalías…?
Y por lo tanto no hay trabajador si no hay por medio plusvalías.
¿Es trabajador el que es trabajador autónomo y vende su trabajo?
¿El autónomo que tiene trabajadores a su cargo es trabajador...?
Son trabajadores lo que no tienen trabajo y saben que difícilmente va a volver a trabajar algún día porque su tiempo y oficio han pasado.
Son trabajadores quienes buscan su primer empleo.
Son trabajadores quienes buscan trabajo fuera de las fronteras.
Y son trabajadores quienes no tienen capacidad para trabajar.
Son trabajadores quienes han alcanzado la edad de jubilación.
Es esa condición de trabajador que no adjudicamos para mostrar nuestra fuerza aunque resulta que nuestra fuerza solamente es fuerte donde hay fuerza y es allí donde trabajan las élites y no los trabajadores.
Son más trabajadores los hombres o las mujeres.
¿Son trabajadores las mujeres que tienen de profesión sus labores?
El sistema no ha llevado al punto de que en realidad los trabajadores son quienes tienen trabajo y los sindicatos de clase trabajadora es en realidad a quienes defienden con sus organizaciones.
El concepto de trabajador es un estigma que hemos de arrancar cuanto antes si tratamos de transformar el mundo en el que vivimos porque cambiar el mundo no se puede hacer desde la perspectiva de los llamados trabajadores que está afecto a tantas contradicciones y diferencias como sería imposible de relatar.
Porque ser trabajador no es lo más importante de la vida porque no es lo prioritario la defensa de los intereses de los trabajadores sino que la defensa de la personas y sobre todo de las personas cuando no trabajan porque no tienen edad o porque no pueden es más importante.
Creemos que no han engañado poniendo al trabajador y al trabajo en el centro de la búsqueda de las prioridades sociales y la base de la organización social y económica del mundo en el que vivimos.
47. Qué es y qué significa el trabajo.
Vivimos en el curso de una organización civilizatoria sobre el que las relaciones económicas y administrativas y por lo tanto sociales y culturales están construidas inmutables desde hace siglos. Dentro de estas relaciones, de una u otra manera el trabajo es uno de los pilares sobre los que se mantiene todas las estructuras sociales.
Trabajo es lo que hacemos por obligación para ganarnos la vida.
Este mundo no lo creeríamos sin el trabajo y sus consecuencias.
Al trabajo se le ha llamado de manera diferente a lo largo de la historia desde un tratamiento casi asimilable al concepto de esclavitud que viene a ser entregar la vida a trabajar con derecho a malvivir.
El trabajo es la línea de flotación del bienestar de la sociedad para las personas. En función de tener o no tener empleo la vida rueda por diferentes caminos independientemente de la condición individual. Incluso teniendo un trabajo dependiendo de su calidad desde la que se sumerge o sobresale la calidad de vida de las personas cambia de manera radical el camino de la existencia.
En la dialéctica de quien se emplea y emplea se ha llegado a una conclusión en la que las dos partes están de acuerdo por la cual resulta que: quien no trabaja nada merece en esta sociedad en la que nos movemos y si algo merece tiene gran parecido con lo que es la caridad o el mantenimiento grosero de unos derechos sociales prestados.
El trabajo es la tarea humana sobre la que se ha establecido se sostenga la vida civil y privada de una parte importante de la sociedad independientemente de las posibilidades reales que cada persona tenga para trabajar y de las necesidades que haya de satisfacer.
No es la única, porque hay quienes consiguen vivir sin trabajar.
Pero es la tarea que trata de igualar y elegir a todos los mortales.
El trabajo tal y como lo entendemos mercurio regulador de la subsistencia es un concepto que debiéramos desterrar de la realidad a medio largo plazo, ese trabajo remunerado con el que nos alimentamos
El trabajo significa vender la vida a una tercera personas.
Si hay que vender la vida habrá que vender un trozo pequeño.
Y en todo caso trabajar menos.