97. La bandera el régimen, la Ikurriña y las costas judiciales.

 

La bandera rojigualda española y la bandera de los vascos sobre fondo rojo son dos símbolos que tienen sus genes en Navarra. La insignia española reapareció en la Plaza del Castillo de manos de un capitán carlista  como símbolo del Glorioso movimiento nacional un 19 de Julio de 1936 para convertirse en la bandera del bando vencedor.La bandera de los vascos reapareció en Castejón como símbolo de una defensa en común de los derechos forales allá cuando la Gamazada en la que se confabuló toda Navarra en la defensa de los Fueros.

No hay ninguna razón humana para entender que un símbolo pueda estar por encima de otro en una tierra que los vio nacer a los dos. Aquellas maneras de ver el mundo todavía siguen vigentes. Todavía hay gente que los siente como suyos independientemente de las leyes.

La Ley de símbolos de Navarra no viene más que a demostrar una vez más que lo que un día está bien, al día siguiente puede estar mal… y que por el camino de la imposición de lo que un día está bien hay muchas tensiones y conflictos como síntoma de que está mal.

Y todo acaba en los juzgados porque hay quien le gusta llevar todo al juzgado en lugar de hablar, entender y empatizar. Y ya sabemos de qué color y de qué bandera son los juzgados y siempre imponen a la otra parte que pague las costas, porque ellos concluyen que ha perdido.

Los juzgados han condenado algunos Ayuntamientos porque dicen que han incumplido la Ley de símbolos. ¡Esas costas no se han de pagar con dinero del contribuyente…! ¡Que las paguen los concejales…! 

También hay contribuyentes que en estos años han ido contra los Ayuntamientos que no han respetado la Ley de Memoria histórica y han tenido condena en costas y no nos preocupamos por resarcirlos  aunque el contribuyente haya tenido que pagar la condena con su dinero.

Sin duda que no merece la pena seguir rizando el rizo y buscar en los tribunales: las justicias que no sabemos conformar por nosotras mismas. Ya vale: la diversidad y la discrepancia siempre son buenas, pero cuando se alimentan con perversidad y odio resultan insoportables.

¿A quién le ofende una bandera que soporta una identidad…?

¿A quién no le ofende el recuerdo victorioso de unos crímenes…?

 


78. Otra cara de la paz y de la guerra.

ETA  ha tenido sesenta años de existencia y 829 asesinatos.

Un tiro en la nuca, una bomba lapa o unos explosivos por control remoto llevaron a la peor tragedia a hombres y mujeres del régimen franquista-demócrata español, políticos, jueces, fiscales y policías que actuaban con convicción y coherencia y muchas víctimas colaterales.

La mayoría fueron aclarados y sus autores juzgados y condenados.

Por las cárceles pasaron más de seis mil personas de su entorno.

Se han contrastado 4.113 casos de tortura que se han solventado con 20 sentencias condenatorias hasta 1992. La mayoría de los condenados luego fueron indultados, ascendidos y condecorados por el Estado.

Han sido asesinadas 475 personas en el entorno de la izquierda abertzale. Directamente vinculadas a ETA son 67 personas. La mitad de estos asesinatos fueron perpetrados directamente por el Estado Español. Los  otros fueron por grupos ultras cubiertos por las cloacas del Estado.

La gran mayoría de estos crímenes siguen sin estar esclarecidos.

En esta parte de la población políticamente involucrada en la lucha por la libertad de Euskalherria decenas de miles de personas han sido perseguidas, humilladas y represaliadas desde todos los costados y por ser familiares o amigos de las oprimidas humilladas y represaliadas.

Se puede y debe decir que las dos partes han pagado con creces.

Son muchos años de muerte y terror los que nos ha proporcionado.

Las dos partes habrían de cesar las hostilidades y desarmarse, pedir perdón, al menos a los suyos,  y reconocer el daño causado y disolver las estructuras de guerra.

El Estado ha desoído todos los pasos hacia la paz y sigue viajando hacia una victoria en la que solo encontrará la perdición. Ni cesa ni cesará. Ni perdona ni pide perdón y no disolverá su estructura judicial y militar de excepción. A saber que se han multiplicado por cuatro las causas judiciales abiertas por presuntos delitos relacionados con el terrorismo donde destaca el caso de los chicos de Altsasu.

Desde que no existe la violencia de ETA, se ha creado un vacío en el que el Estado Español. Ahora necesita erigir una amenaza terrorista porque el Estado Español se siente indefenso. Su problema no es la guerra, la conflagración da sentido a su ser y la razón de su existencia.

 


53. Vientos de la historia a favor de Catalunya.

 

Tenemos noticias de la guerra de la independencia de Cuba: exilios cárceles, contingentes militares y tras cuatro años de conflicto pérdida de la propiedad colonial que tenía el Imperio español en declive. Las consecuencias que tuvo esta pérdida para el alma castellana en su camino al infierno provocó una profunda crisis identitaria, social, política y cultural, una depresión colectiva que envuelta en su grandeza todavía no se ha podido superar. A partir de entonces ya se ponía el sol en el Imperio y solamente quedaban las colonias en ultramar en  África.

 

En los años de paz el imperio de capa-caída se hubo de desprender de: Guinea, Ifni y Marruecos Sáhara y la isla de Fernando Poo de maneras muy diferentes. España en aquellos años en los que alimentaba la miseria, carecía de la riqueza y el interés necesario para desarrollar una infraestructura económica, allí donde durante la primera mitad del siglo XX el único beneficio que hubo era para los pertrechos militares.

 

Se abandonó por inanición, porque no daban para más las costuras. Todavía queda en el continente africano: Ceuta Melilla y Canarias y  aquí: Andalucía y León y Galicia y Euskalherria y Aragón y Catalunya.

 

La historia se repite como un círculo difícil de entrever. Casi todo el camino que estamos haciendo, recordamos que ya lo hicimos antes, otro día, casi de la misma manera en la que lo estamos haciendo ahora.

 

El sentimiento castellano ahora reconvertido en constitucionalista y demócrata tras la victoria en una guerra por una España grande y libre y luego del acuerdo de una transición a la paz con los portadores de la victoria, se recompuso la idea de la España irrompible y perenne.

 

La idea de una España unida no permite que las gentes que viven en Catalunya sean ellas mismas, ¡no, no, no…! tienen que ser como hay que ser y han de asumir su condición como la asumimos el resto.

 

No nos vamos a oponer a que la historia se recorra hasta el final. En Catalunya sus gentes se han ganado su derecho a ser lo que quieran ser después de la lección que están dando al resto de las gentes de España, a las de Europa y al mundo entero y por la caución que hicieron el día Uno de Octubre defendiendo en los colegios electorales su derecho, frente a las fuerzas públicas de ocupación.

 


45. Las instituciones de los territorios.

En los territorios con una identidad propia tienen unas instituciones que se han conformado en sus entrañas, entre las montañas y los ríos, a lo largo de los años como consecuencia de muchas vivencias y situaciones históricas, muchas veces contradictorias, pero que se han ido estableciendo en función de las circunstancias de supervivencia.

Son las instituciones con las que han convivido, han crecido como organización humana que se ha consolidado y con las que se han gobernado desde hace siglos sin necesidad de que nadie les dijera cómo debían hacerlo. Sus gentes no quisieron inventar nada solamente hicieron lo que fue surgiendo a merced de sus propias necesidades y consiguieron que fueran parecidas a las que hay por el mundo.

A lo largo del tiempo, con el paso de la historia y asentadas sus consecuencias estos territorios, sus gentes han conseguido mantener unas instituciones que han tendido como propias pero que en realidad cuando van hacerlas suyas, se encuentran con que no son suyas, que son del otro, del que les invadió un día, que luego como queriendo esconder la realidad de sus actos ha confeccionado un entramado histórico-jurídico falso, aunque en realidad les obligan coercitivamente a usarla de tal manera que no sirvan para ellos porque ahora las tienen porque ellos los que llegaron de fuera les han dado el consentimiento a tenerlas.

Las instituciones básicas en estos pequeños territorios, como las tienen en el resto son simplemente:

Su Lengua: que ha sido sometida y para la que después de mil vicisitudes necesitan permiso para utilizarla.

Su Derecho: que ahora supeditado, si entra en colisión con el derecho de los dominantes no tienen ningún valor.

Sus Costumbres: que poco a poco se van escondiendo entre lo más profundo del folklore.

Sus Instituciones públicas: con las que confeccionan sus leyes y se gobiernan pero que no lo pueden hacer si es en su propio interés.

Los territorios no tienen derechos, los derechos los tienen las personas que viven en ellos y es de suponer que las personas SÍ que tienen derechos que los han de ejercer en el territorio.

 


44. Las identidades territoriales.

En los territorios: esparcidos o conquistados, extensos o exiguos, viven unas gentes que indefectiblemente mantienen desde que se aviene la memoria una lucha incluso entre ellas por tener una identidad propia y diferenciada del resto del mundo.

Al parecer son peculiaridades del género humano: nacer y pacer.

Pero es posible que las gentes que habitan en un mismo territorio en ocasiones no tengan una misma idea y composición de la identidad territorial por la que han optar en su convivencia, y lo que es más difícil: concretar la imagen que han de presentar al exterior.

Se pudiera dar la circunstancia de que algunos de los que estaban al principio asumieran la identidad de los que llegaron porque ese día tuvieron las esperanzas de que quienes venían de fuera les traían ventajas con respecto a lo que tenían en su tierra.

Ambiciones y grandezas: un imperio en el que siempre era de día.

Otras personas llegaron a aquellas tierras sin pretensiones, tierras prometidas que eran la respuesta a las llamadas que hacían algunas esperanzas de mejor vida y asumieron en agradecimiento su identidad.

Estos lugares naturales que conservan viva su identidad a despecho del mundo, territorios con identidad propia desfavorecidos en cualquier ocasión y a los que les imputan su propensión a levantar fronteras.

A sus habitantes les aseguran que si viajan se curan.

A veces como consecuencia de los relatos históricos diferentes que se componen son dos identidades las enfrentadas en un mismo territorio la una que es propia de la aldea y la  otra que siente su identidad ligada al mundo: a su mundo… o al contrario. No se sabe muy bien.

 

  • La identidad de los que ya estaban desde el albor de los tiempos y la de algunos otros que han venido a ver qué pasaba y se han quedado.

  • La identidad de los que vinieron y la de algunos otros que ya estaban pero que quieren ser más que lo que pueden ser los suyos.

La sorpresa nos invade cuando rascamos en la realidad cuando pensamos de quién son propiedad estos territorios y vemos que en realidad no son de libre disposición de las personas que los habitan sino de quienes son sus propietarios por derecho de conquista.

 


43. Las lenguas.

Uno de los patrimonios más importantes que tienen las personas desde el momento en que nacen es convivir y pervivir con la lengua que le va viendo crecer en el rincón de la tierra que le acoge.  

La lengua en la que cada persona se expresa y entiende es un hecho diferencial que da carácter a las gentes. Una de las bases más importantes de las identidades de la personas es en la lengua que habla.

En la realidad hay dos clases de lenguas:

 

  • Las lenguas que por distintas razones la principal por el volumen de personas que las hablan al nacer van invadiendo los mercados.

    Lenguas potentes y que son comúnmente aceptas y propagadas.

  • Existen otras lenguas minoritarias y que las hablan una población  que habita en pequeños territorios y que si no han muerto, a duras penas han subsistido a lo largo de los tiempos.

    Lenguas segregadas sobre todo por quienes invaden con la suya.

    Las lenguas invasoras tratan de que nadie pueda hablar en otra lengua que desconocen más que nada porque en ese caso no se enteran de lo que dicen y porque denuncian persistentemente su condición real.

 

A lo largo de la historia estas lenguas potentes en un alarde histórico de prepotencias, de mil maneras han tratado de que las lenguas minoritarias: incultas y de aldeanos y moribunda, la población no la hable más que en casa y si no hay visitas.

 

Ahora con las lenguas más potentes para dar muestras de una determinada inteligencia creemos que se ha de aprender desde niños. Dicen que esas lenguas nos van a facilitar encontrar trabajo y entonces ya todo se confunde. Y nos empeñamos en hablar otras lenguas cuando no somos capaces de escucharnos y comprendernos en la lengua propia.

 

Quizás debiéramos hacer las personas el esfuerzo por entendernos independientemente de la lengua en la que nos hablen. Así es más fácil de entendernos que contestar de la misma manera en la que nos hablan y siempre, hacer como las personas de bien: aprender a comunicarnos en la lengua que se habla allá donde vivimos para evitar segregaciones.

En todo caso defendemos que cada cual pueda comunicarse en su lengua materna, en la lengua que lleva la sabia de sus raíces.

 


42. Los territorios.

El planeta tierra se ha ido parcelando casi siempre por la fuerza de los ríos y de las cordilleras. Pero no solo lo han divido los accidentes geográficos sino que en muchas ocasiones la fuerza de las guerras aquellas que cuando acaban al parecer traen la paz, han traído y llevado las fronteras de un lado para otro.

La historia también ha determinado la división de los territorios en función de las circunstancias humanas que los habitaban casi siempre con una defensa a muerte de quienes vivían en cada uno de ellos contra quienes venían a ocuparlos con la fuerza de las armas.

También podemos recordar que ha habido ocasiones en las que la voluntad de bien de algunos hombres, desde el común, acuerdo han delimitado fronteras con independencia de lo que ha delimitado desde visiones administrativas y/o imperiales que iban siendo superadas.

En los territorios viven gentes que suelen tener una identidad afecta por el territorio e incluso una lengua diferente a los territorios que los rodean que quizás incluso también tengan un derecho de gentes diferente y unas costumbres distintas que sus vecinos.

El territorio con su clima y el color de su tierra, con su vegetación y con el sabor de sus viandas, en muchas ocasiones impregna el alma y el carácter de quienes nacen y viven entre sus accidentes y les hace ser de tal manera que no quieren ser de ninguna otra manera.

Estos territorios, aquí y allá, en el fondo, nada tendrían que ver con las fronteras y deberían presumir de ser la casa grande de cada cual, a la que se permite que venga quien quiera venir a estar.

Estos pequeños territorios se han visto a lo largo de la historia sometidos a invasiones y los invasores como fruto de una victoria que ya nadie recuerda, a veces llenándolos de sus gentes, se han convertido en propietarios y poseedores del pequeño territorio en cuestión.

Estos otros territorios imperiales aunque estén en decadencia y no sea por cuestiones humanas y sociales, sino por las necesidades del sostén de su propio poder y fuerza, en el tiempo, tratan de imponer su  soberanía y propiedad por encima del derecho de sus habitantes.

Estos pequeños territorios son los que reivindicamos y valemos.

 


41. Las identidades.

Vivimos en un mundo en el que las identidades de cada cual, sin excepción entendemos que irremediablemente las hemos de mantener como un derecho al que no hemos de renunciar.

Soy lo que soy y lo seguiré siendo aunque no te guste.

La identidad es una construcción de una persona frente a otras. Una obra en la que además cada identidad está hecha a la medida de quien la porta y en la que su legitimidad está basada en sí misma.

Hoy las diferentes identidades se van mezclando y disolviendo en función de las personas y de las tierras en las que se viven y existe. Es imposible que haya una identidad mejor que otra puesto que para cada cual la suya, será como sea, pero no la querrá cambiar por ninguna otra.

La identidad es el estado de conciencia compartido por personas que reconocen y expresan su pertenencia a una categoría de personas o a una comunidad. Esta identidad puede estar basada en el concepto de nación, en el sentimiento de pertenencia a una colectividad histórico-cultural que tiene definida  su existencia en el mundo con características diversas, y con determinados rasgos que se pueden establecer desde la cultura, las costumbres, la organización civil y política.  

Esta identidad y este sentimiento de pertenencia a un grupo o a una nación, esta apelación individual y colectiva a la diferencia es uno de los derechos esenciales de las personas.

Sin embargo a lo largo de la historia ha habido identidades que aunque hayan sido vacías de contenido se han impuesto a otras identidades en la medida en la que hayan sido invadidas o conquistadas de una u otra manera ni se sabe cuándo. Son identidades cargadas de poder autoproclamado que a falta de legitimidad tratan de apoderase de las cosas propias de las otras identidades a las que subyugan. Según su interés se hacen con sus espacios y sus instituciones, sus lenguas y costumbres y las prohíben o las permiten solamente en usufructo.

Quienes somos aquí estamos en contra de esta identidades que se sobrevaloran y menosprecian a las que han sometido por la fuerza de la injusticia y de la historia y las que acusan de lo que son ellas mismas.

Hemos de respetar todas las identidades y su propio futuro.